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"Alianza del Pacífico"

Juan Carlos Cassinelli.

En las últimas semanas ha vuelto a reactivarse la intención del Ecuador de pasar de ser país observador a estado socio de la Alianza del Pacífico. Luego de la visita que hiciera a Colombia el presidente electo, Guillermo Lasso, donde se reunió con el presidente Iván Duque, se manifestó esta intención por parte del Ecuador, y ese propósito nuevamente fue apoyado por el país del norte. Ahora bien, para ponernos en contexto debemos indicar que actualmente la Alianza del Pacífico cuenta con cuatro países miembros que son Colombia, Perú, Chile y México; y tiene un estatus de 59 Estados observadores entre los que se encuentra el Ecuador.


Uno de los requisitos para ser miembro de la Alianza del Pacífico es el mantener tratados de libre comercio entre los países que la integran y es ahí donde debemos revisar el estado actual del Ecuador, que como consecuencia de ser parte de la Comunidad Andina (CAN) mantiene con Colombia y Perú acuerdo comerciales totales y en el caso de Chile existe el denominado Acuerdo de Complementación Económica del 2008 que luego fue sustituido por el ACE del 2010, y posteriormente en agosto del 2020 se firmó un nuevo acuerdo de integración comercial que se encuentra ya ratificado y que permite tener con Chile relaciones comerciales liberadas en aproximadamente el 98% de su comercio de ida y vuelta. Por lo tanto, con estos tres primeros países se cumple el requisito establecido.


Donde yo encuentro el desafío es precisamente con México. En la actualidad, Ecuador tiene un Acuerdo de Alcance Parcial (AAP. R N° 29) desde 1987 sin que se haya podido, a pesar de múltiples intentos, ampliarlo para abarcar una relación comercial más sólida.


En ese sentido, lo que mantenemos con México es apenas un margen de negociación a través de este Acuerdo de Alcance Parcial aludido recién en el año 2020 precisamente con la intención de lograr la participación activa de Ecuador en la Alianza del Pacífico. Actualmente, se crean equipos técnicos de los ministerios pertinentes de Ecuador y México con la finalidad de buscar ampliar esto que se quedó en el año 1987 de una manera limitada y es así como a la presente fecha ya se dio una primera ronda de negociaciones del acuerdo de integración productiva entre el Ecuador y los Estados Unidos Mexicanos.


Es sumamente importante este aspecto, porque en mi criterio, el mecanismo adecuado para avanzar ya no es solamente el propósito de apoyar de parte de los países miembros, sino que en la parte técnica-comercial necesitamos avanzar en estas negociaciones con México.


De lo que conocemos, hoy en día ya se han avanzado por lo menos en nueve mesas de temas específicos relacionados con estas negociaciones y están pendientes otras mesas adicionales que deben irse resolviendo. Evidentemente las intenciones son varias, en las mesas de negociaciones no hay que olvidar que cada país busca precautelar el acceso de sus productos, pero también cuidar su producción interna y su industria de ser afectadas por una negociación que no cuide o precautele sectores sensibles o sectores que aún están en un desarrollo inicial como pudieran ser determinadas actividades industriales en el Ecuador.


Temas como acceso a mercados, origen, propiedad intelectual, defensa comercial y sobre todo el capítulo de inversiones, en circunstancias en que el Ecuador aún no ha definido el contexto de lo que debe implicar su tratado de protección de inversiones, sobre todo en aquello que tiene que ver con solución de conflictos arbitraje. De acuerdo con la Constitución del Ecuador, se vuelven aspectos sensibles que deben ser resueltos, para de esa forma, llegar a un acuerdo con México y poder hablar del paso cuantitativo de pasar a ser miembro de la Alianza del Pacífico.


Ahora bien, ¿Cómo y qué ocurre si llegamos a ser miembros de la Alianza del Pacífico?


Es importante hacer un análisis por cuanto la Alianza del Pacífico, que fue fundada en el 2011, actualmente tiene un alcance de mercado de más o menos 230 millones de habitantes. Según las estadísticas, este mercado atrae una importante captación de inversión extranjera directa de América Latina y fortalece la relación con los miembros de la alianza. Además, existe prácticamente una liberación total de aranceles en el comercio entre los países miembros y posiblemente la Alianza del Pacífico tiene como uno de sus puntos más fuertes el tener declaración conjunta suscrita con la Comisión Económica Euroasiática así como la Unión Europea, Japón, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico en el marco de temas que une las intenciones de los países miembros de la alianza con estos países, conglomerados o entidades así como se ubican en el contexto del objetivo de la Alianza del Pacífico que busca una cooperación efectiva a través de iniciativas innovadoras sobre la libre movilidad de personas como intercambio académico y estudiantil, como promoción cultural, integración de los mercados de valores, participación en ferias y exposiciones en un mismo espacio, mejoras en la competitividad y la innovación de las micro pequeñas y medianas empresas, la preservación del turismo y respeto del medio ambiente.


Para el Ecuador, el acceder a la Alianza del Pacífico puede representar según estimaciones, un mercado de aproximadamente 230 millones de personas pero que además tiene un PIB per cápita mayor, inclusive al del Ecuador. Esto permite tener una alta expectativa de poder adquisitivo de nuestros productos, así como puede darnos la posibilidad de tener mejores condiciones para importar materias primas, insumos y bienes de capital que, ingresando al Ecuador en mejores condiciones económicas, producto precisamente de no pagar aranceles, nos permitiría a su vez tener una producción más económica y por ende, más competitiva en el momento de transformar esta materia prima y por supuesto, siempre tener una diversificación de mercado nos va a permitir que la exportación del Ecuador aumente, y de esta manera incrementar posibilidades de empleo en nuestro país.


Finalmente, la estadística señala que las exportaciones pudieran incrementarse hacia los países miembros de la Alianza Pacífico y llegar a un estimado de 400 millones de dólares anuales. Esperamos ver el avance de estas negociaciones y ojalá se pueda avanzar en la misma con México, pues como lo indiqué, en años anteriores los esfuerzos han quedado impedidos de poder impulsar este propósito, sobre todo porque México al momento de negociar, siempre precautela de una manera muy firme su producción y su mercado. Por otra parte, no hay que olvidar que en el evento de entrar en un mercado abierto como el de la Alianza del Pacífico, posiblemente la misma presencia de México con sus productos de exportación pueda en algún momento causar preocupación en la industria ecuatoriana de determinados productos, que evidentemente no pudieran competir con los precios de producción de unas economías tan desarrolladas y fuertes como la de los integrantes de la Alianza del Pacífico y particularmente de México.


Los Acuerdos Comerciales hay que buscarlos al igual que los Tratados Libres de Comercio con la finalidad de diversificar los mercados y debemos sentarnos a negociar con todo país, grupo de países o comunidad que proponga esta alternativa. Sin embargo, estas negociaciones a más de prudentes, deben tener como objetivo en la suma y resta de las posibilidades en la negociación, aumentar las expectativas de venta de nuestros productos y precautelar en la medida de lo posible nuestra producción interna ya que toda negociación es de dos lados y lo que deben buscar ambos es ganar y ganar porque eso es lo que mantiene relaciones estables y en el largo plazo.


En este mismo propósito vemos con buena perspectiva la continuación de las negociaciones que pudieran darse con los Estados Unidos de Norteamérica. Como siempre lo hemos indicado, este mercado es el principal destino de la oferta exportable no petrolera del Ecuador y por lo tanto no podemos dejar al azar la permanencia o crecimiento de esa expectativa y la diversificación de exportación. Por lo tanto, consideramos que la reinstalación de la mesa del comité de comercio e inversión entre Ecuador y Estados Unidos, la suscripción de la llamada “primera fase” que facilita el comercio entre nuestros países y la intención de negociación que se ha evidenciado de autoridades ecuatorianas y norteamericanas, además del cambio de la administración del Presidente Trump al presidente Biden crea un escenario muy interesante para seguir impulsando bajo la tutela del Presidente Electo Guillermo Lasso y su equipo negociador, con las condiciones de vida y en los términos adecuados, ojalá un Tratado de Libre Comercio con ese país. Por otra parte, en lo que tiene relación con la Comunidad Europea, existiendo un acuerdo ganador en plena vigencia que representa exportaciones actualmente por más de 3600 millones de dólares al año a 27 países que la conforman y con un mercado de aproximadamente 530 millones de habitantes, lo que corresponde es precautelar que nuestras exportaciones ganadoras no se vean afectadas por medidas que la Unión Europea con legítimo derecho puede tomar para salvaguardar temas como calidad, protocolos de producción y otros; y me refiero entre otras cosas, a la necesidad de salir del estatus de tarjeta amarilla que el bloque le ha puesto a la producción atunera del Ecuador en circunstancias en que nuestras normativas, reglamentos y control de la pesca ilegal no tiene la dureza, certeza y efectividad exigida por este mercado.


Así mismo, en el tema del banano, tomar la precaución necesaria para que las cantidades de químicos o elementos que se utilizan para combatir las plagas que afectan en nuestro trópico a la producción bananera, se mantengan en los márgenes máximos que permite la nueva normativa verde de la Unión Europea. Caso contrario, tendremos un serio problema de mercado, sin mencionar la amenaza del fusarium 4, que hoy en día ya se ha denunciado no solamente en Colombia, sino en Perú y en estos días ya se habla de su presencia posible en territorio venezolano.


Con respecto al camarón, otro producto ganador, se mantiene el mismo propósito de salvaguardar nuestra producción local en circunstancias en que esta pandemia al afectar al turismo en Europa afecta también directamente la demanda de ese mercado, por lo tanto, evidentemente sus expectativas de consumo han bajado considerablemente. Estos, entre algunos de los desafíos de nuestro país, donde evidentemente el sector exportador es protagonista de generación de empleo e ingresos de divisas que requiere nuestra economía para mantener una balanza comercial positiva y diversificada, de tal forma que podamos estar a la altura de los desafíos que vivimos hoy, que de una manera u otra nos permiten identificar plenamente que no somos una isla, sino que debemos estar integrados con el mundo para poder crear esas oportunidades de trabajo y bienestar que tanto requiere nuestro país a través de relaciones existentes de oferta y demanda adecuada.



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